Pero llegaron los ’80 y todo cambió… de a poco. Primero con Magic Johnson y Larry Bird, llevando el clásico Lakers-Celtics a lo más alto del deporte, luego el arribo de Michael Jordan en 1984, David Stern como comisionado, la globalización, internet y ¡boom! La gran explosión.
De todos modos, durante muchos años, aun en etapa de pleno crecimiento, esa explosión no se vio tanto en los salarios de los jugadores. Sí, eran muy altos, pero no estratosféricos como ahora. Para tener una idea: a fines de los 90, algunos clubes de Europa podían todavía competir en sueldos con figuras de medio calibre de la NBA.