Instituto se coronó campeón por primera vez de la Liga Nacional por primera vez en su historia. Venció como visitante en el partido decisivo a Quimsa en Santiago del Estero, por 85 a 84, con un gran partido de Nicolás Romano.

En una noche para el recuerdo, Instituto se consagró campeón de la 38° edición de la Liga Nacional. La Gloria dio el golpe en Santiago y se impuso por 85-84 ante Quimsa, para ganar el quinto punto de esta apasionante serie de Finales, y así obtener por primera vez en su historia el título de la máxima categoría de nuestro básquet. Con jerarquía individual pero también juego en equipo sobresaliente, los cordobeses impusieron condiciones para festejar en un estadio Ciudad verdaderamente colmado. Acompañado de un sólido rendimiento colectivo, el MVP del juego definitorio fue Martín Cuello, autor de 21 puntos y 6 rebotes, y encargado de convertir los dos tiros libres del campeonato.

Loku Cuello fue el MVP de la noche con 21 puntos, 6 rebotes y los dos tiros libres decisivos. En una tremenda definición de las Finales, Instituto le ganó 3 a 2 a Quimsa en el global para obtener su primer gran título. El segundo tiempo inició con un Whelan intratable (7 puntos en los 2 primeros minutos) y Quimsa conservando su buen despliegue en la pintura. Instituto apretó en defensa, mejoró en campo contrario y esta vez fue Loku quien convirtió de tres puntos prácticamente sobre la bocina para decretar el 71-64 en el tablero al finalizar el tercer período.
Ya no habría un mañana, todo se definiría en los diez minutos restantes. Aunque Instituto estableció la máxima de 9 unidades con conversión a distancia de Copello, Quimsa arremetió empujado por sus fanáticos. Terry puso al frente a la Fusión desde la línea de libres a 4.8 segundos del final, y tiempo muerto mediante Cuello penetró recibiendo la falta. Sus dos lanzamientos perforaron la red y decretaron el 85-84, otorgándole la victoria y el título a los cordobeses.
Bases de calidad como Whelan y Copello fueron ideales en la conducción. El perímetro compuesto por la eficiencia de Cuello, la experiencia de Luciano González, la creación de Chiarini y las apariciones de Elías se erigió como pilar fundamental. Mientras que el poderío interno propiciado por Romano, Gallizzi, Fierro y Vicens, se constituyó como valor diferencial para coronarse en un certamen tan parejo como atractivo.
Luego de festejar en el Súper 8 y sortear numerosos obstáculos para conseguir el 3° puesto en la fase regular, los dirigidos por Lucas Victoriano demostraron todas sus virtudes y se convirtieron en los mejores de estos playoffs. Finalmente y por primera vez en su historia, Instituto de Córdoba gritó campeón de la Liga Nacional.

Por Berutti

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