Butler se hizo cargo de la pelota para lo que podría haber sido la última jugada del partido. Atacó con dribbling hacia su derecha, se frenó y saltó para lanzar desde la esquina. Horford le cometió falta. Josh Tiven marcó la infracción indicando que el intento era de dos puntos. Tras un par de minutos de revisión, los árbitros corrigieron el falló y marcaron que Butler estaba tirando un triple, entonces le correspondían tres lanzamientos libres. También modificaron el tiempo restante en el cronómetro: de 2.1 segundos a 3.
Butler, héroe del Heat en estos playoffs, respiraba profundo. Jayson Tatum no podía entender cómo parecía escapárseles a los Celtics un partido que tenían prácticamente ganado. Horford masticaba bronca. Los fanáticos de Miami pedían calma en el tenso ambiente del Kaseya Center. Joe Mazzulla comenzaba a trazar en su pizarra la última acción ofensiva de sus Celtics sin todavía saber qué pasaría con los tiros libres. Jimmy convirtió el primero para acercarse, el segundo para igualar, mientras una hincha tapaba su rostro con las dos manos porque no soportaba los nervios de la situación, y el tercero para poner a su equipo al frente 103-102. Ya sabemos: quedaban 3 segundos. ¿Poco tiempo? No, muchísimo.