Existen partidos buenos y partidos malos. No todo es fiesta para nadie en la vida y el Real Madrid mantuvo su invicto tras una matinal altamente peligrosa en Granada (76-83). No será un choque a recordar para el campeón de Europa que lo pasó fatal durante buena parte. Covirán Granada peleó, se colocó al mando en el tercer cuarto y exigió que Facundo Campazzo siga brillando para liderar una supervivencia blanca en la ciudad nazarí.

El base argentino terminó con 21 puntos y 5 asistencias, con una carta de tiro perfecta en tiros de dos (5/5) y solo dos fallos en el triple (2/4). Entró cuando los de Chus Mateo se trabaron y mantuvo la calma consiguiendo hacer valer su siempre acertada elección en la toma de decisiones. También acompañó Dzanan Musa (15 puntos), en función más de ejecutor que creador. Sirve para que en Liga Endesa sigan establecidos en la perfección. Días malos con positivo final.

Viene siendo habitual en el inicio de campaña perfecto de lo de Chus Mateo. El Madrid, que se plantó en el Palacio de Deportes sin la presencia de Chacho Rodríguez ni Guerschon Yabusele, quiso acelerar desde la salida. Pero Covirán Granada, sin Joe Thomasson por lesión, contestó con los triples de Cheatham o Lluís Costa a los primeros ataques blancos (10-10, 4′). Mucha valentía en la toma de decisión para encontrar aro y esperar que el Madrid se descentrase. Tarea difícil.

El Covirán contiene a un desatado Causeur

Que no ocurrió de primeras. Fabien Causeur amaneció a un nivel excelso en el triple (12 pt y 4/4 en el triple en 10′), y Musa más Campazzo leyeron las transiciones ante un Granada que se trabó ante el ritmo y acierto blanco. En un abrir y cerrar de ojos, 0-10 de parcial. Y aunque el campeón del mundo Kramer quiso cerrar la herida, Causeur repitió medicina y Tavares apareció en escena (13-25, 9′) para un primer cuarto perfecto en volumen y acierto (83% en T2 en el primer parcial).