Parece que vuela. Pero pocos le conocen de verdad. Más allá de parecer una de esas historias de superhéroes cutres y semidesconocidos, la vida de Mac McClung (Virginia, 1999) es la de alguien extraordinario. No debería cuando es un pequeño base (1,88) de los Osceola Magic, filial de los de Orlando en la Liga de Desarrollo. Pero la cosa cambia cuando se trata del mejor matador del planeta. Un arte difícil, lleno de aristas. Y el ‘0’ lo domina. Repitió -revalidando- la corona del Concurso de Mates del All-Star de la NBA. Ya no es una sorpresa.

McClung, en uno de sus mates.
McClung, en uno de sus mates.EFE

McClung fue una sorpresa en 2023 cuando se coronó campeón viniendo del equipo filial de los Sixers. Tal era su historia que protagonizó algún momento viral cuando se encontró a un fan con su camiseta… pero no le reconocía la cara en persona. Era un jugador desconocido, pero su nombre ya se apunta a héroes modernos del concurso como Michael Jordan, Dominique Wilkins o Nate Robinson. Sus muelles, su creatividad y la complejidad de ‘clavar’ casi cada ejercicio.

Fueron cuatro mates de suma belleza. En el primero, un auto-pase en el aire. El segundo cambió a un rectificado para finalizar en ‘tomahawk’ con toda la violencia en el aro (notas de 48 y 49,4). Para ganar el concurso apostó todavía más: saltando a dos personas con molinillo y el ganador en el que voló… ¡sobre Shaquille O’Neal! Un mito le coronó. Uno que mide 2,16 metros. Necesitaba un 49,1 para ganar tras su 48,8 en el primero de la final. Facturó el 50. La perfección.

Por Berutti

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