Canadá 88-85 España
Hay diferentes formas de caer, y la de España en el Stade Pierre-Mauroy de Lille fue la más bella. La de luchar hasta el final, la de creer cuando pocos lo hacen. La selección cayó eliminada del torneo de baloncesto masculino de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras perder ante Canadá (88-85) pero llevar al límite a una contendiente a alternativa de Estados Unidos. Rozando un milagro. Porque aunque pase el tiempo, España siempre da la cara.
Y la dio enormemente en un partido que pareció perdido. Un brutal Darío Brizuela (17 puntos) lideró la reacción del último cuarto y estuvo cerca de hacer real el milagro. Incluso Llull (13) con un triple de los suyos hizo creer. Pero la consistencia de Shai (20 puntos), Nembhard (18) o RJ Barrett (16) dejó en nada el valor sin comparación de la selección. Se marcha con honores de los Juegos.
Una final
En el Canadá-España se demostró que todo cuenta en una final a vida o muerte. España las sabe jugar y lo dejó claro desde el inicio del Pierre-Mauroy. Aunque, por motivos de acierto (el primer triple entró al sexto intento), Canadá empezó pisando fuerte, pronto supo estabilizarse la selección. Con Alberto Díaz, Rudy y Garuba en cancha, construyendo desde atrás (14-13, 7′). En ataque el empujón lo dio Sergio Llull. Siguiendo con sus brutales Juegos, encadenó cinco puntos y envalentonó a España, que con un canastón de Lorenzo Brown sobre la bocina aplacó el tirón de Lyles y Nembhard (19-19, 10′). El base de los Pacers fue vitamina para los de Jordi Fernández, acelerando con dos triples aunque Juancho Hernangómez, más protagonista que en los dos primeros partidos, limitó sus daños desde el tiro exterior.
Francia 71-85 Alemania
Francia vivía en estado de éxtasis. Teddy Riner había entrado horas atrás en el panteón de los dioses del Olimpismo al ganar otro oro más en el brutal recinto de los Campos de Marte. En La Défense, Léon Marchand se hizo rey de la natación (y quizá de los Juegos). Al mismo tiempo, 27.000 personas coparon el Pierre-Mauroy de Lille para acompañar a su selección de baloncesto masculino rumbo a los cuartos. El desenlace fue trágico, pues Alemania demostró por qué es la campeona del mundo (71-85). Las dos ya estaban clasificadas, pero la dinámica es opuesta. Y el sorteo dirá, pero el ‘Dream Team’ de Estados Unidos podría esperar en el camino de la anfitriona mucho antes de la final soñada.
Alemania solo perdió en el himno. Llegó minutos después del oro de Marchand (entre cánticos al nadador) y La Marsellesa reventó el estadio del área metropolitana de Lille. A partir de ahí se diluyó Francia. Con un gris Victor Wembanyama, que deja luces y sombras en la primera fase de los Juegos de París.
Desde el inicio fue un solo alemán. Franz Wagner dejó detalles en el primer cuarto, y el segundo fue toda una fiesta de la campeona mundial. Schröder y el otro Wagner, Mo, acompañaron a la estrella de los Orlando Magic, y Francia jamás supo reaccionar más allá de destellos contados de Evan Fournier y Nico Batum, viejos guerreros.
Tornó en amago de paliza. Porque Alemania no se cortó, y si Wembanyama aparecía, Theis daba en el otro lado. Los Wagner sacaban desde lejos su ‘láser’ y el físico galo hacía aguas ante un equipo mejor plantado, construido y que juega mejor (27-48, 20′).
Francia, eso sí, lavó su imagen en el último cuarto. Strazel, Wembanyama y Lessort aportaron energía e intención, pero Alemania no perdió comba y mantuvo una renta interesante de inicio a fin (64-80, 37′), aupada por un Franz Wagner confirmado como estrella FIBA.
El broche lo puso Schröder. Tras dos triples seguidos de Wembanyama, para locura general, el MVP del Mundial emergió con su talento en los finales para dibujar una respuesta a la altura. Sus 26 puntos y 9 asistencias, y los también 26 de Wagner dieron alas a Alemania (71-85) para decepción gala. No sirvió el liderazgo habitual del alien Wembanyama (14 puntos y 12 rebotes).