Por primera vez en la historia de los Juegos, los dos torneos olímpicos de baloncesto se decidirán con la misma final: Francia vs Estados Unidos. La anfitriona ante la gran favorita. El partido más deseado por los organizadores y el mayor reto en la historia del baloncesto galo. Antes de las semifinales habíamos dicho que Estados Unidos se enfrentaba a su primer partido serio contra Serbia, y seguramente esa experiencia, tremenda, hará que para el partido de mañana, la final contra Francia, se tomen las cosas con más atención, si es que quieren conseguir su quinta medalla de oro consecutiva en los Juegos Olímpicos. Francia, aunque obviamente aspira al oro que se le ha negado a todos (menos a Argentina), desde que los NBA juegan, no tiene nada que perder.
Ese es el análisis inicial de una final que no puede ser más atractiva, porque era la que buena parte del mundo esperaba desde que se supo que París sería la sede y que Estados Unidos iría con todos los mejores disponibles. Es cierto que en el medio pasaron muchas cosas, que Francia no fue lo que se esperaba en la fase de grupos, que Estados Unidos tuvo su camino demasiado allanado antes de las semis y demás, pero la realidad es que fueron los que pelearon más para quedarse con un lugar en la definición.
Viendo lo que pasó anoche, surgen algunas cuestiones tácticas y mentales para analizar: